Si te gusta leer libros, es más que probable que hayas usado muchas cosas diferentes para mantener el lugar de lectura: un trozo de papel, un pedazo de correo basura, un recibo rescatado desde las profundidades de tu bolso, un billete de un dólar, un peine, o cualquier otra cosa que esté a tu alcance y que pueda encajar y permanecer dentro del libro. La próxima vez que tengas que dejar esa novela en la que estás tan sumergido, disfruta de un separador hecho a tu medida y a tu gusto.
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