Regalar un libro es regalar palabras de aliento, es regalar una filosofía, una historia de amor, un pensamiento.
Regalar un libro es querer estar con el otro porque algo de quien lo da queda adherido al libro. Difícilmente nos olvidemos de quién nos regaló un libro.
Regalar un libro es regalar la posibilidad de una segunda vida, porque la literatura finalmente es eso: una segunda vida, puertas muy adentro.
Regalar un libro es ofrecer un refugio para el dolor.
Regalar un libro es acompañar porque el que lee nunca está solo.
Regalar un libro es abrir una puerta al infinito, porque los libros son inagotables y sin cesar renovados.
Regalar un libro es regalar un momento de detención y de inquietud, de imaginación y de silencio.
Regalar un libro es regalar una propuesta de libertad que sólo la lectura hace posible.
Por último, regalar un libro debe ser una de las maneras más cordiales de formar parte de la
vida del ser querido.
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